domingo, 7 de junio de 2009

CUENTO

Como siempre deseaba verle, deseaba sentir su oscura mirada acompañada de una sonrisa tenue, caminaban hacia ningún lugar intentando descubrir por cada paso conducido, el desinterés del otro, él no tenía nada que decir, ella solo quería escuchar sus pensamientos e intentar sacarle los sesos a su compañero para poder entender de una vez por todas que no se encontraba entre ellos. Llegaron al parque central de la avenida Garden, entonces el comenzó a besar sus mejillas y a suplicar por un trago de licor abrupto sobre sus labios, sus labios llenos de alcohol profanado, de alcohol maldito, maldita seas le gritaba, maldita sea la hora en que decidiste convertirte en el eco de mis pensamientos y el reflejo de mi sombra, se despidieron añorando volver a encontrarse, pero por desgracia se hacía tarde para regresar.
Esa mañana del 7 de septiembre encontraron un aniversario entre sus maletas, una cuenta por pagar, un destino por descubrir, así que decidieron subir corriendo para encontrarse en la misma avenida de siempre, ella renegaba el no haber ido hacia otro lugar, por no encontrar un cálido rincón en la tierra para amar.

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