Aveces pienso que eso de la ausencia de afecto colectivo esindispensable ... porque podemos volvernos independientes desentimiento positivo, de ese rojo que alerta las pasiones desconocidaso talvez olvidadas. Por mi parte, me siento como de esos gusanos queandan siempre sin dirección, arrastrados por el sendero que lesdispongan. Si, esos que no tienen ojos, ni oídos, ni huesos, ni hígado,y hasta ni corazón, que tan sólo con el tacto logran detectar lapresencia del enemígo, sin antenitas!, porque a cambio de antenitasfueron dotados de unas pequeñas pero maravillosas extremidadesponzoñosas, con las que logran adaptarse a cualquier terreno que lestoque transitar. Y he de aceptar que en el que he venido marchando haceun par de años es cada vez mas arido y parece que ahora estoy decostado hacia el final, andando de cabeza sobre las hormigastrabajadoras que pasan sonrien comentan y se van... y yo con la sangreconcentrada me quedo pensativa diciendo para mi misma: Vaya! pero quecuriosas y trabajadoras son estas pequeñas circuladoras de mierda. Ladiferencia esque ellas, hacen y se preocupan y se alimentan del frutomaldito que provocó la desdicha de adán, mientras los gusanos, cagamosen sus cabezas los residuos de sus propios fetidos cuerpos abandonadosa la muerte, en el cementerio de arriba, donde es purgado el rencor.Por eso hoy les invito, a subir a la montaña a trepar el puente desdeel otro lado sin caer al río, para que seamos cada vez mas gusanos y notengamos que alimentar las mentiras de las que vive la reina hormigaque hace ya muchos años denominaron "razon".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario